Un misionero norteamericano viajó reciéntemente a Rumanía y topó con un hombre que padecía una sorprendente enfermedad cutanea. Sus manos y sus pies estaban envueltas por una masiva capa de verrugas gigantes de aspecto ciertamente desagradable. Parece ser que el sujeto había desarrollado esta enfermedad a los 14 años y desde entonces había tenido que aprender a vivir con ella. Aparte de su monstruosidad estética y la torpeza que provoca, este rumano se encuentra en perfecto estado de salud. Se desconoce la causa del desastre ya que no parece haber ingerido nada que no haya hecho el resto de su familia. Meses después del hallazgo parece que el paciente ha conseguido reducir la cantidad de protubeancias así que todavía mantiene la esperanza de sanar su piel. La enfermedad se llama Lewandowsky-Lutz dysplasia pero pocos casos se han visto tan desarollados como este.
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